Toda la gente que atasca las calles desaparece por completo, y casi parece una ciudad fantasma, a excepción de unos cuantos valientes que se atreven a salir cuando el sol atiza con su látigo abrasador. Esos momentos son los que más me gustan, es cuando la ciudad habla y te cuenta historias, vividas, pasadas o transcurridas por sus esquinas, escondites y demás lugares...



Yo acabo de llegar hace unas horas de donde tú vienes, y no sé como voy a hacer para dormir esta noche. Es guay caminar por Madrid vacío, pero más guay es dormir tapada en verano!
ResponderEliminarYo ya me he acostumbrado a dormir con tanto calor con pequeños trucos, corrientes de aire y con el cuerpo en contacto con la cama lo menos posible!
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